Semana 10

Llegamos a la última semana del periodo de prácticas. 

Qué rápido ha pasado todo y cuanto afecto se le coge a los alumnos en tan poco tiempo. Bueno, como había visto que algunos alumnos tenían dudas sobre algunos conceptos y algunos ejercicios, he decidido dedicar la clase del día de antes del examen a repasar los puntos más débiles y a resolver dudas. El día del examen vinieron los 13 alumnos que forman la clase. He de decir que es un grupo con un absentismo elevado. Había preparado un examen que consideré equilibrado y se ajustaba al nivel de los problemas que habíamos resuelto en clase. No obstante, se lo pasé a mi tutor para que le echara un vistazo, estaba bien. El examen constó de 6 problemas a resolver en 1 h 15’. En general, los problemas tipo los hicieron bien, pero los problemas en los que había que razonar les costó más y solo unos pocos hicieron todos los ejercicios. Como resultado final 6 aprobados y 7 suspensos. 1 sobresaliente, 3 notables, 2 suficientes y 7 insuficientes. No hubo sorpresas. Este tipo de asignaturas hay que trabajarlas día a día. Los que fueron trabajando, preguntando en clase y haciendo los ejercicios no tuvieron problema en aprobar. Sin embargo, hay alumnos que por mucho que les expliques, trates de motivarlos y le dediques tiempo extra, no quieren trabajar. El caso es que, de los ejercicios de clase, solo habían hecho los correspondientes al primer apartado y, en el examen, hicieron bien los ejercicios correspondientes a este apartado. Es decir, tienen capacidad y entienden los conceptos, pero no quieren. Destaca por encima de todo una chica que contestó 4,2 puntos del examen. Pues lo hizo todo perfecto y sacó un 4,2. No quiso contestar más. 
El día siguiente al del examen, lo resolví en la pizarra con la ayuda de ellos para que fueran aprendiendo de los errores. Después les entregué los exámenes para que viesen donde se habían equivocado y lo tuviesen en cuenta de cara a los exámenes de recuperación de la materia. 

Hasta aquí el periodo de prácticas. La impresión que me he llevado de esta profesión no me ha defraudado en absoluto, al revés, ha superado las expectativas. Por un lado, en cuanto a la parte docente, me ha encantado el poder enseñarle al alumnado uno de los temas de su programación, interactuar con ellos, conocerlos, aprender, fijarme en sus rasgos de personalidad y en base a ellos tratar de ayudarlos en la materia de la mejor forma, animarlos a que trabajen (en algún caso lo he conseguido), generar un vínculo profe-alumnado para que el alumnado esté más motivado en la asignatura. El alumnado me ha tratado con mucho respeto y afecto. Me quedo con que cada alumno es un reto diferente que requiere una atención distinta. Por otro lado, me ha encantado la organización del centro, la ayuda recibida por todo el profesorado, la implicación de ciertos docentes y los consejos que me han dado para seguir en este camino y llegar a buen puerto.

Pedazo de experiencia la del instituto como profe.

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